
ALONSO GÓMEZ GONZÁLEZ
Vivió la experiencia de la Ruta Quetzal en 2006 como expedicionario. En 2007 y 2008 volvió como ayudante del equipo de material en la parte española. Desde 2009 hasta 2014 fue responsable del equipo de material en todo el viaje, lo que conllevaba también la preparación del viaje. Por último en 2016 volvió como conductor en la parte por España.
1. ¿Cambió la Ruta Quetzal su forma de ver la vida?
La ruta cambia tu forma de ver la vida. Y no solo el primer año que fui de expedicionario, sino cada año ha amoldado mi vida y ha tenido una clara influencia en lo que hago ahora, en la filosofía que tengo para afrontar del día a día y en general en todo. Influencia muy marcada. Me inculcó el gusto por viajar y conocer gente nueva, el gusto por la naturaleza. Me abrió los horizontes.
2. ¿Qué beneficios puede aportar en la vida de un joven un proyecto como este?
Salir de los lazos familiares. Sacarles de su zona de confort. Les hace madurar a unos ritmos y niveles que sino no lo harían. Les enseña a ser tolerantes y respetuosos. Crean amistades que son para toda la vida. Les trae otro entorno de gente a su vida y les enriquece un montón. Es todo un privilegio pertenecer a ese entorno.
3. Mencione algunos de sus mejores recuerdos
En 2006 vi por primera vez en mi vida lava volcánica liquida. En 2010 transportamos material por tirolina por encima de un canal inmenso. Nos lo pasamos muy bien tratando de solucionar problemas. Te sientes muy realizado. El trabajo de material estuvo muy muy chulo. En 2013 recuerdo tener que transportar el material en canoas de un campamento a otro bordeando ríos y canales; escuchando y viendo los animales de la selva por el camino. En 2014 tuvimos una historia de supervivencia bastante fuerte. Llegamos de madrugada. Estuvimos toda la noche solventando la emergencia. Recuerdo ver las sirenas de los coches que nos iban a recoger. 90 personas perdidas esa noche. Ese es un recuerdo muy intenso.
4. ¿Con qué año se quedaría?
Recuerdo tres años muy especiales:
2006 porque la viví como rutero, por la novedad, la etapa de la vida en la que me pilló. Fue increíble.
2009 Chile. Porque me hicieron una oferta que no esperaba y fue muy especial. Ser el responsable del equipo de material.
2014. Una aventura de supervivencia en los Andes Peruanos. Lo guardo con mucho cariño.
5. ¿Qué diferencias notó en la ruta con el paso de los años?
Noté varias diferencias con el paso de los años. El primer dato objetivo: la duración. Eso al final influía en la intensidad de la experiencia. También los primeros viajes eran más exclusivos y únicos que los últimos. Estaba más presente la influencia directa de Miguel. Después las actividades eran más turísticas y convencionales.
El perfil del rutero cambió, como lo hizo el sistema de selección de los trabajos. En las primeras rutas veía un perfil más original de los chavales.
6. ¿Mantiene contacto con gente que ha conocido en la ruta?
Mantengo contacto con un número de personas seleccionadas. Las amistades que quedan con el tiempo son para siempre. El equipo de monitores de las últimas rutas hemos hecho un buen grupo. Estoy contento del entorno que se ha creado después de todo este tiempo.
7. ¿Cómo surge ir como ayudante de material?
07/07/2007. Una fecha muy peculiar en la que sucedió. El hecho de pertenecer a la organización fue totalmente casual. Por estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Ese día llegó a España la ruta y yo quedé con un amigo para ver a la ruta en su primer campamento por España. Saludamos a gente del año anterior y se nos hizo de noche. Nos quedamos la noche en el campamento sin molestar y nos ofrecimos a recoger y ayudar. Jesús Luna nos preguntó si queríamos apoyar al equipo de material por la parte por España. Nos faltó tiempo para decir que si. Nos rompimos los lomos para ayudar en lo que pudimos. Al año siguiente hicimos lo mismo pero con formalidades. Y un año después quedó una plaza libre para toda la ruta y fui yo. Ya no lo solté hasta que se acabó el programa.
8. ¿Cómo vivía la ruta desde este puesto?
Lo que menos me gustaba fue ver la ruta conociendo los “trapos sucios” de la organización. Había distintos puntos de vista a la hora de trabajar. También existía desigualdad entre mundo prensa y campamento, porque no hacían vida en el mismo. Veía también la eficiencia de cada puesto. La organización tiene un mérito increíble.
No fue tan intenso a nivel personal como la primera, porque no formas parte de un grupo de gente. Tienes cajas y material. Por tanto al acabar la ruta no era tan emotivo.
La parte positiva era casi todo. Me encantaba ese trabajo porque teníamos libertad total. Sin objetivos, sin horario, sin cumplir cuentas, teniendo claro lo que había que hacer y sacándolo adelante. Trabajo creativo, diverso, de solucionar problemas. No había rutina. Cada año y cada día era distinto. Nos relacionábamos con gente fuera de campamento. Teníamos más libertad y era más divertido pero siempre cumplíamos con nuestro cometido.
9. ¿Interactuaba con los jóvenes?
Si que interactuamos con los chavales, aunque menos que nadie en el campamento. Estoy satisfecho por haber aprovechado la relación con los chavales.
10. ¿No se planteó nunca ir como monitor?
Ir como monitor es algo que me planteé en 2010 y 2011. Después de haber vivido la ruta entera como material. Alguna vez le mencioné la idea a Jesús Luna, pero como yo ya tenía la experiencia de material y estaban conmigo a gusto ahí, no me animó. Después ya empecé a cogerle un gusto especial a mi puesto y no lo volví a pensar.
11. ¿Cree en la reaparición del proyecto?
Soy un poco pesimista con la reaparición del proyecto. No creo en ella. Sin la persona de Miguel, es difícil encontrar a alguien influyente que pueda facilitar la logística de un programa de tal envergadura como la Ruta Ruetzal. A nivel político, cultural… Haría falta una imagen para conseguir patrocinadores.