
BORJA DE JUAN MORERA
Acudió a la Ruta Quetzal en 2007 como expedicionario. Mantuvo buena relación con la profesora del aula de música y desde entonces empezó a colaborar en los conciertos solidarios navideños que organizaban en Madrid. En 2010 le propusieron ser el profesor del aula de música de la ruta y se mantuvo en el cargo hasta el 2016.
1. ¿Cambió la ruta su forma de ver la vida?
No me cambió la forma de ver la vida, sino que me cambió la vida. Te coge en un momento crucial de tu vida y te da una bofetada de realidad. Compartes una experiencia muy fuerte con personas muy diversas que conoces y estableces unos lazos difíciles de establecer en otro contexto. Entonces cuando vuelves reordenas tus prioridades. Aprecias cosas que antes no, aumenta tu sensibilidad y hace que tomes tus primeras decisiones. Eso se acaba convirtiendo en hábitos y evolucionas fruto de esa experiencia.
2. ¿Qué beneficios puede aportar en la vida de un joven un proyecto como este?
Lo puede aportar todo. Encontrarse con personas parecidas y diferentes al mismo tiempo. Gente con inquietudes que no se queda en la superficie. Eso genera unas sinergias muy importantes en esa edad. Apreciación de la diversidad. Se crea un principio de igualdad durante esos días que les hace pensar mucho en esas diferencias entre ellos. Es una oportunidad difícil de describir en otra situación. Sin duda, es muy beneficioso para los jóvenes.
3. ¿Con qué años se quedaría?
No me puedo quedar con ningún año. Cada expedición es especial. Cada destino tenía su magia particular y la gente lo hacía distinto.
4. Mencione alguno de sus mejores recuerdos
Mi primera ruta la recuerdo muy intensamente. Me quedo con sensaciones de los viajes. Cada vez me acuerdo de un recuerdo y eso también es lo bonito.
5. ¿Mantiene contacto con gente que ha conocido en la ruta?
Mis mejores amigos son ruteros. Mantengo relación con mucha gente. La ruta no establece fronteras de edad. Te abre muchas puertas porque hay una experiencia común. Vas a otro país y te paran por llevar algo de la ruta; entonces puedes ponerte a hablar con esa persona sobre la experiencia aunque no la conozcas.
6. ¿Qué diferencias notó en la ruta con el paso de los años?
Lo vi cambiar en los últimos tiempos con los cambios que parecían venir del bbva. Nombres, edades, acceso a la ruta (tipos de trabajo), etc. También noté la diferencia del reconocimiento social en España. En los años 80 y 90 el proyecto era muy conocido y ahora la mayoría de los estudiantes de esas edades no se enteraban. Perdió relevancia social.
7. ¿Cómo surge dirigir el aula de música?
Entablé buena relación con la profesora que había en mi año. Yo tenía buena formación musical y colaboré con ella repartiéndonos el trabajo muchas veces. Ella con los instrumentos y yo con las voces del coro. Todos los años en Madrid había un concierto solidario que se organizaba en navidad y normalmente iba destinado a alguna de las comunidades menos favorecidas que habíamos visitado con le expedición. Ese año comencé a colaborar con el concierto navideño y por distintas razones al año siguiente ya prácticamente me hice cargo de él. Creé un modelo un poco diferente y ese concierto para mí se convirtió en una tradición. Llegó el año 2010 y me llamaron de la ruta para pedirme que fuese el profesor del aula. Yo no tenía nada de esto pensado; me iba a ir a la India y tenía los billetes ya comprados. En ese momento por supuesto acepté. Era uno de mis sueños ir a la ruta otra vez, yo creo que de la mayoría de ruteros, el poder volver. Me hubiera gustado ser monitor, ser de todo, pero profesor del aula de música todavía más. Cuando pasó el tren pensé que eso no podía desaprovecharlo. Al final me mantuve en el sitio durante siete años. Esa es una de las cosas de las que no te arrepientes nunca.
8. ¿Cómo vivía la ruta desde este puesto? ¿Igual que como expedicionario?
Como expedicionario te pilla de nuevas. Cuando repites, lo ves desde otro punto de vista. Es como leer un libro que sabes cómo va a terminar pero con distintos personajes y escenarios. Había cosas comunes en todas las expediciones. A pesar de esto no lo puedes ver igual. Como soy un enamorado de la ruta, es muy bonito porque es como ver tu película favorita varias veces pero con cambios.
Al ser el profe del aula de música, pude conocer a gente de todos los grupos. Podía dedicarme a conocer a las personas. No tuve a mi cargo un grupo de chavales ni la responsabilidad que conlleva.
9. ¿Qué cree que aportaba el aula de música a la expedición?
Como músico creo que era algo fundamental. Pero también lo era para los que no habían tocado la música. Descubrir música a la gente y compartir ese tipo de arte en entornos donde normalmente no lo hacen. Era todo un gusto y una satisfacción como músico difícil de describir. Permitía establecer unos lazos muy grandes. Estoy muy orgulloso de haber contado con grupos tan numerosos en el aula de música. Creo que fortalecía lazos y enraizaba más los valores de la ruta.
10. ¿Cómo definiría su participación en la ruta?
Nunca podré agradecerle lo suficiente a Miguel de la Quadra-Salcedo haber contado conmigo. Creo que me gané su confianza. A mi eso me ha marcado. Haber tenido la oportunidad de colaborar en un proyecto así ha sido un orgullo y un privilegio. Solo tengo buenas palabras. He intentado aportar mi granito de arena, fomentar los valores de la ruta y transmitir esa idea.
11. ¿Cree en la reaparición del proyecto?
Espero y deseo que reaparezca, que renazca, que se reinvente. Miguel creó un programa por el que han pasado más de 10.000 personas que guardan esto como algo muy importante en su vida. Creo que si que lo hará, no sé cómo ni cuándo. Creo que debería tener más reconocimiento a nivel nacional. Espero que España como país y como sociedad le de el valor que esto ha tenido, incluso a la figura de Miguel, y que cobre la importancia que creo que merece. Por tanto creo en la reaparición y que muchas personas estaremos allí para apoyarlo si es necesario y se pide.