



RUTA INTI
Su historia comenzó en el lago Titicaca en 2013 con un grupo de jóvenes, antiguos expedicionarios de la Ruta Quetzal, que creían en el aprendizaje a través de la experiencia. Su nombre significa “La Ruta del Sol” en el idioma quechua. Adopta ese nombre intentando simbolizar lo que era la Quetzal: aunar multitud de culturas. El sol es el elemento al que todas las culturas del mundo independientemente de la zona geográfica o la época histórica habían adorado. Esos jóvenes le propusieron a Miguel de la Quadra-Salcedo la idea de realizar un proyecto de características similares para personas mayores de edad pudiesen realizar un viaje iniciático. Así tampoco entraba en conflicto con las edades de participación de la Ruta Quetzal, que será siempre la casa de los organizadores de la ruta y de donde surge este proyecto.
Ruta Inti es un programa social y cultural para jóvenes de todo el mundo, orientado a fomentar el intercambio cultural entre sus participantes, así como el enriquecimiento en el entorno y contexto social en que se desarrolla la expedición. Su programa académico está dirigido a profundizar en las temáticas de cada año convirtiéndose en una universidad itinerante en la que cada uno puede tratar de desarrollar sus potencialidades.
Se pretende conseguir una evolución de la sociedad encaminada a un crecimiento sostenible. Para ello utilizan los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que propone la ONU.
Los participantes deben tener entre 18 y 25 años, hablar castellano y comprometerse con el programa. Además presentarán una monografía (cuyo tema desarrollarán eligiendo entre 8 modalidades), carta de motivación, currículum y realizaran una entrevista personal. Se busca la multidisciplinaridad.
Imágenes obtenidas de la página oficial
Guille Urios
En la actualidad es subdirector de Ruta Inti. Participó en su primera edición como expedicionario. Después ha ocupado diferentes cargos como coordinador del equipo de logística, monitor y jefe de campamento. En 2012 fue expedicionario de la Ruta Quetzal. Guille cuenta acerca de esta iniciativa:
“Este proyecto lo hacemos voluntariamente pagando la cuota los organizadores. Intentamos ayudar en lo que sabemos de la mejor forma que podemos. A todas las personas que han ayudado se les ha encontrado una forma en la que pudieran hacerlo. El viaje es un elemento educativo, transformador y disruptivo. Lleva a las personas a sus límites en diferentes aspectos para que se redescubran a ellos mismos. Destaca la calidad humana y académica de todos los participantes. Es gente con inquietudes y con ganas de aprender. Nosotros siempre decimos que la ruta no deja de ser una excusa para coincidir en un tiempo y en un lugar con más jóvenes llenos de inquietudes. Una oportunidad para que exploten y que sea un momento disruptivo en sus vidas.”
